domingo, 17 de febrero de 2013

PARITARIAS DOCENTES Y COMIENZO DE CLASES: ¿SE VIENE EL NO INICIO?


Volviendo al ruedo...
Los docentes volvemos a las escuelas una vez más. Volvemos habiendo leído por los medioscomo vanlas negociaciones paritarias, sin mediar consultas de ningún tipo. Esta vez, se palpa entre nosotros una enorme preocupación sobre nuestro futuro inmediato. Es que tuvimos un verano en el quesobró mucho mes al llegar el fin de sueldo. La inflación ya no puede ocultarse, y se sufre especialmente en los productos de la canasta básica (alimentos), así como en alquileres, servicios y transporte.

Las paritarias
Desde que se reunieron por primera vez el 10 de enero, el Ministerio de Educación de la Nación y los cinco sindicatos docentes nacionales, sin hablar de cifras concretas, acordaron que los aumentos serían dados en cuotas. Y recientemente, el gobierno nacional fijó arbitrariamente un aumento salarial del 22,5 % en tres cuotas, propuesta rechazada por los sindicatos. Esto es coherente con lo que plantea el Gobierno Nacional: no avalar aumentos que superen el 20%.
En el marco de la Ciudad, Bullrich expresa que esperan el acuerdo nacional y quela oferta en el distrito será, a lo sumo, 1 ó 2 puntos por encima de lo pautado en Nación. Luego suspendió los encuentros de la Mesa de Negociación Salarial con los sindicatos de la Ciudad.

Es tiempo de revisar todos los componentes de nuestro salario...
En cuanto al impuesto a las ganancias, tuvimos una actualización del mínimo no imponible del 20%, pero puesto que el mismo estaba congelado hace casi 2 años (cuando la inflación real acumuló cerca del 50%) y se mantiene congelada desde hace 13 años la escala de categorías, con cada aumento de sueldosubimosde categoría, aumentando el porcentaje que nos roban con este verdadero impuesto al trabajo.
Además, el año pasado el gobierno nacional reformuló el sistema de asignaciones familiares, modificando los topes a partir de los cuales dichas asignaciones se cobran parcialmente o dejan de percibirse, y en particular, dejando de considerar el ingreso individual para pasar a considerar el ingreso del grupo familiar. De esta manera, muchos trabajadores vieron reducido o dejaron de percibir el monto de la asignación.
Pero además, es tiempo de que pongamos sobre la mesa otras trampas, naturalizadas hace años: la garantía salarial, que achata salvajemente nuestro escalafón, el presentismo, que al depender del sueldo básico se convierte en un salvavidas de plomo, el incentivo docente en negro, además de los descuentos exorbitantes y los atrasos en el cobro que sufrimos durante todo el año pasado.

¿Qué importancia tienen estas negociaciones?
Cuando Bullrich y Sileoni dicen preocuparse por la calidad educativa, siempre lo hacen desvinculándola de la cuestión salarial (dentro de esosrelatosacerca de la calidad educativa, Sileoni, por ejemplo, anunció un ciclo lectivo de 190 días de clases, y manifestó la intención de extenderlo aún más, para el año 2016). Pero nosotros sabemos que cuando exigimos cobrar un salario digno, estamos debatiendo un aspecto estructural de toda la política educativa: no podemos superar la crisis educativa, la creciente deserción, los problemas de aprendizaje, la repitencia, y tampoco la formación docente, poniendo esto al margen las condiciones de vida concretas de los trabajadores de la educación.
El salario docente debe ser medido, tanto por las necesidades materiales y formativas del maestro, como por los tiempos y necesidades educativas de nuestro pueblo. Mientras los docentes trabajemos 2 o más turnos, difícilmente superemos estos problemas estructurales; éstos no pueden resolverse a costa de nuestra salud mental y física.
Asimismo, la política salarial viene acompañada de un discurso que intenta estigmatizar a los docentes que luchan, como si fuésemos los responsables de la crisis educativa y de la caída de la matrícula del sistema de educación pública. Este otrorelatooculta a su vez los crecientes subsidios a la enseñanza privada y la caída o recortes en las asignaciones presupuestarias para la escuela pública en las diversas jurisdicciones.
La lucha por el salario es, entonces, una lucha central por las condiciones laborales docentes y por la defensa de la Escuela Pública.

¿Cómo juegan los sindicatos?
En la Ciudad de Buenos Aires, vemos con preocupación que tanto el gobierno, como las representaciones sindicales que son funcionales al macrismo, también empezaron disociando los temas: nuestro salario por un lado y las condiciones laborales por otro. Esta política, compartida por el Estado y las burocracias sindicales, tiende a establecer una estrategia para convalidar un aumento miserable.
Es tiempo de aprovechar la situación: ni siquiera los gremios más afines al kirchnerismo como la CTERA pudieron aceptar la miserable cifra del 22,5% en cuotas. Es tiempo de demostrar nuestra fuerza uniéndonos por escuela y lanzarnos al ni inicio de clases hasta lograr, como mínimo un 30% de aumento para todos, retroactivo a enero, o la cifra que podamos discutir y aunar en cada escuela. Es tiempo de pelearla, muchos trabajadores estarán con nosotros.
El único sindicato de la Ciudad que rechazó esta propuesta es Ademys y llama a los docentes a discutir y no iniciar las clases.
La UTE mantiene un plenario de delegados que reúne pocas veces al año (en el 2012 solo hubo dos a pesar de la gran lucha que llevamos contra el cierre de grados, etc), allí su conducción, año tras año, legitimó la propuesta miserable del macrismo. Esta vez dependerá de nosotros.

¿Cómo cambiamos la situación?
Éstos días de reencuentro con nuestros compañeros en las escuelas son una importante oportunidad para poner sobre la mesa estos temas y unirnos desde lo que tenemos en común, ya que es ampliamente mayoritario el rechazo a un aumento por debajo de la inflación y en cuotas, que es lo primero que pactaron tanto los gremios nacionales como los de la Ciudad.
Desde Lucero proponemos aprovechar todas las instancias (plenarios, asambleas) para llevar mandatos reales surgidos en cada sala de maestros y profesores. Si no estamos afiliados a ningún sindicato, tendremos quehacer puerta” en le plenario de la UTE, para que sepan lo que pensamos, y les resulte cada vez más difícil negociar a nuestras espaldas. Allí tenemos que estar, exigiendo que nos escuchen, para que otra vez no pase la trampa del aumento en cuotas.




·       Por un aumento salarial partiendo de un piso real y para todos del 35% (4150 de sueldo inicial), en correspondencia con el costo de la Canasta Familiar, que ronda los $7.500. Que los aumentos rijan de manera retroactiva a partir del de enero.
·       Por mantener las negociaciones abiertas durante el año en función de la proyección del 30% de inflación anual.
·       Ningún aumento en cuotas.
·       Todo aumento al básico.
·       Pase al básico del Incentivo Docente, absorbiendo el estado nacional, los gastos que ello demande. Por el quite de la garantía mínima que achata nuestro escalafón.
·       Derogación del impuesto a las Ganancias en los salarios y eliminación de los topes en las asignaciones familiares.
·       No al subsidio a las empresas privadas de educación, por un aumento real del presupuesto educativo con control de la comunidad educativa.



Agrupación Docente Enriqueta Lucero