Desde el 22 de noviembre, el ministerio de Educación
porteño puso en vigencia la inscripción on line para las escuelas públicas de
todos los niveles de la Ciudad de Buenos Aires.
El 9 de diciembre comenzaron a llegar las notificaciones
de asignación de vacantes a las familias. El resultado es pésimo: miles de
niños y niñas han quedado sin su vacante para el ingreso a la escolaridad
inicial, primaria o media.
La situación…
A pesar de que
el reglamento escolar prescribe criterios para fijar prioridades en la
distribución de las vacantes, se dieron situaciones donde hermanos de alumnos
quedaron afuera o bien, egresados del nivel inicial no han obtenido vacante en
la escuela primaria que nuclea al jardín.
Los casos más
dramáticos se dan entre las familias que realizaron el trámite presencialmente
en las escuelas con el personal que designó el propio Ministerio de Educación
ya que directamente no figura que hayan sido inscriptos.
Desde la
agrupación E. Lucero entendemos que no se trata de errores técnicos sino de una
decisión política que va de la mano del vaciamiento de la escuela pública, y
que tiene por objeto pasar a controlar el grifo y la distribución de la
matrícula, elemento clave para terminar el plan de cierres de grados y cursos
que comenzó el macrismo desde el 2010.
Este control
hasta ahora era ejercido por los supervisores de cada distrito. La inscripción
era realizada por los docentes y los directivos y supervisores administraban
las vacantes, armaban listas de espera, etc. Habitualmente, para esta época del
año, la mayoría de los niños tenía resuelta su situación. Hoy son 17 mil los
alumnos que aún no tienen la vacante asignada.
Durante el mes
de diciembre, quince supervisoras de nivel inicial de los veintiún distritos, presentaron
ante el ministro de Educación, Esteban Bullrich, una nota en la que
cuestionaron el sistema de inscripción online, porque los “errores e inconvenientes acaecidos” han provocado que “niños/as aspirantes a vacantes aún se
encuentren sin ellas en la educación pública a pesar de tener prioridad, según
la normativa”.“Publicitaron la inscripción online como más transparente, como
si nosotras no lo garantizáramos”, dice la nota. Y advierte que “los datos de filiación de nuestros alumnos
no están disponibles en las escuelas y las familias no tienen constancia de
inscripción”.
Las supervisoras advierten en otro párrafo sobre la posible medida grotesca de colocar containers en aquellas escuelas con superpoblación de niños por aula de la zona sur de la Ciudad. Plantean que “recurrir a las llamadas aulas móviles (o containers) es una medida totalmente arbitraria e inconsulta, atenta contra la calidad educativa y contra la dignidad de nuestros alumnos, sus familias y maestros, convirtiéndolos en ciudadanos con menos derechos, ya que un contenedor no es lugar para desarrollar actividades escolares, y menos con niños pequeños”.
Si bien la página online está disponible desde el 22 de noviembre, la inacción de la UTE y el resto de los sindicatos capitalinos fue grosera. Solo una vez que llegaron las notificaciones de las vacantes a los padres y quedó demostrado el descalabro, llamaron a movilizaciones de extrema tibieza. Pero no impulsaron ninguna medida hacia las escuelas para garantizar la discusión democrática, ni plenario ni asamblea de afiliados. No realizaron medidas de fuerza a la que podamos concurrir los docentes y padres de manera masiva. Sin embargo, los reclamos y manifestaciones no se hicieron esperar. Padres y docentes cortaron la calle en Rivadavia y Campichuelo, también en Gaona y Cucha Cucha, y actualmente están realizando “parqueadas”, volanteando y juntando firmas en los parques de la Ciudad, además de los centenares de reclamos personales, administrativos, recursos de amparo, etc. Es tal el descalabro administrativo que si no lo resuelven, será muy complicado el inicio de clases. Por eso, dese la primer semana de enero, el ministerio dispuso una escuela por comuna para recibir los reclamos por la falta de vacantes en todos los niveles educativos.
Las supervisoras advierten en otro párrafo sobre la posible medida grotesca de colocar containers en aquellas escuelas con superpoblación de niños por aula de la zona sur de la Ciudad. Plantean que “recurrir a las llamadas aulas móviles (o containers) es una medida totalmente arbitraria e inconsulta, atenta contra la calidad educativa y contra la dignidad de nuestros alumnos, sus familias y maestros, convirtiéndolos en ciudadanos con menos derechos, ya que un contenedor no es lugar para desarrollar actividades escolares, y menos con niños pequeños”.
Si bien la página online está disponible desde el 22 de noviembre, la inacción de la UTE y el resto de los sindicatos capitalinos fue grosera. Solo una vez que llegaron las notificaciones de las vacantes a los padres y quedó demostrado el descalabro, llamaron a movilizaciones de extrema tibieza. Pero no impulsaron ninguna medida hacia las escuelas para garantizar la discusión democrática, ni plenario ni asamblea de afiliados. No realizaron medidas de fuerza a la que podamos concurrir los docentes y padres de manera masiva. Sin embargo, los reclamos y manifestaciones no se hicieron esperar. Padres y docentes cortaron la calle en Rivadavia y Campichuelo, también en Gaona y Cucha Cucha, y actualmente están realizando “parqueadas”, volanteando y juntando firmas en los parques de la Ciudad, además de los centenares de reclamos personales, administrativos, recursos de amparo, etc. Es tal el descalabro administrativo que si no lo resuelven, será muy complicado el inicio de clases. Por eso, dese la primer semana de enero, el ministerio dispuso una escuela por comuna para recibir los reclamos por la falta de vacantes en todos los niveles educativos.
Los ejemplos…
¿Cómo se explica
que haya escuelas con listas de espera exorbitantes y otras que solo tengan 7
alumnos inscriptos para 1º grado?
Los docentes
sabemos claramente cuáles son las escuelas que tienen pocos alumnos y corren
riesgo de cierre de grados o directamente de toda la institución. Cada distrito
o zona tiene sus escuelas en riesgo. Justamente a estas escuelas, la asignación
de alumnos es llamativamente menor. Para
dar ejemplos claros, en el distrito 7º (Caballito – Villa Crespo), la escuela nº 16 Andrés Ferreyra tiene 52
niños inscriptos para 1º grado, mientras que la escuela nº 21 que queda a pocas
cuadras, solo tiene 7 niños.
La escuela Nº 7 Jorge
Néwbery distrito 12, del barrio de Santa
Rita, tiene un jardín de infantes con 18 niños que terminaron pre escolar, que
comúnmente se anotaban a 1º grado de esa
escuela, hoy solo hay 8 inscriptos a 1º grado, y ni siquiera son los chicos de
ese jardín.
Esta medida, si
no la paramos, borra de un plumazo el esfuerzo que venimos realizando en cada
escuela para que crezca su matrícula.
Un poco de análisis…
¿Por qué
necesitan controlar las vacantes? En el
2012, el ministerio aprueba una resolución para cerrar 220 grados y cursos. La unidad y lucha de
cada comunidad, más los paros y toma del ministerio surgidos desde abajo con el
apoyo de Ademys, hicieron que el número se reduzca a 96, y en primaria solo 40
grados.
Se suponía que
cerraban grados en la zona centro y norte donde había pocos alumnos para abrir
y desdoblar grados en la zona sur de la Ciudad, que hace años viene soportando
aulas con más de 40 alumnos. Hasta el día de hoy no desdoblaron ningún grado en
la zona Sur y proponen colocar conteiners en las escuelas donde faltan aulas.
Si el motivo del
cierre de grados era la baja cantidad de alumnos en algunos de ellos, ¿cómo es
posible que ahora haya 17 mil niños sin la inscripción garantizada?
Desde que las
escuelas con pocos alumnos han sufrido la amenaza de cierre de grados o su
concreción, muchos docentes y directivos hemos hecho un trabajo “de hormiga”
para que crezca el número de alumnos: “sacamos la escuela a la calle”,
mostramos lo que hacemos en la escuela pública en festivales, actividades en
plazas, publicaciones, reforzamos el vínculo con jardines de infantes de la
zona, etc. Pero también esto incluyó denunciar algunas de las medidas de fondo
que, desde la aplicación de las leyes educativas K y menemistas, vienen
vaciando y fragmentando la escuela pública: denunciamos junto a organizaciones
de padres cuáles son las escuelas privadas que en cada
barrio están recibiendo subsidios del estado cada vez más altos, pudiendo
ofrecer una cantidad de actividades, o como lo llama el gobierno “servicios
educativos” de tiempo completo y una calidad edilicia de lujo,mientras que los
presupuestos para la escuela pública vienen a la baja, los la problemas
edilicios son riesgosos, no existe más la caja chica para cada escuela, y la
educación Especial corre riesgo de desaparición. Vale aclarar que no solo
hablamos de escuelas parroquiales de cuotas accesibles sino del Instituto
Oxford de Palermo, el Argentino Excelsior de Caballito o el Instituto Orsino
del mismo barrio, por nombrar algunos.
Actualmente necesitan
avanzar en los mecanismos de control para poder cerrar aquellos grados que
tengan menos de 15 alumnos, tal cual lo plantea el decreto que lo permite (decreto vigente desde la
intendencia de De la Rúa, que Ibarra no derogó). Es más, durante el mes de
diciembre ya cerraron algunos grados de manera silenciosa en el distrito 11 (Flores Sur), hasta donde
sabemos. Esto muestra que sus objetivos
no fueron cumplidos y van por más.
Pero este
gobierno, que al igual que Cristina sostiene un discurso venenoso para dividir
a los padres de los docentes, esta vez no tuvo en cuenta lo fundamental que es
para una familia el momento de elegir la escuela para sus hijos, el necesario
contacto que implica conocerla, la importancia de recorrerla, tanto para la
familia como para los niños y jóvenes. La comunidad educativa se teje a lo
largo del tiempo, cada una tiene una historia que necesitamos cuidar y
defender ya que la escuela parece ser el
último espacio público destinado a la infancia y la adolescencia.
Fortaleciendo esos mismos lazos, y exigiendo a las
conducciones gremiales que se pongan a la altura de las circunstancias, tenemos
que enfrentar esta medida y exigir que la anulen de inmediato y que no empiecen
las clases hasta que no esté garantizada la inscripción del último niño o joven
en la escuela que haya elegido. Los padres nucleados en Familias por la escuela
pública piden la renuncia de todos los funcionarios responsables: Esteban Bullrich, Ana
María Ravaglia, Jorge Aguado, Maximiliano
Gulmanelli, Silvia Sergent, Marcela
Goenaga y Eduardo García del Río.
Agrupación Enriqueta Lucero