jueves, 23 de febrero de 2012

Inicio de clases 2012


A pocos días de empezar las clases, la discusión paritaria docente a nivel nacional no está cerrada.  El gobierno nacional -a través del  ministro Sileoni- ofrece sólo un 20% de aumento (muy lejos, por cierto, del 100% de las dietas de los diputados) y, además, mostró la voluntad del gobierno nacional de desentenderse del  pago del  incentivo docente.
          Sin embargo, la paritaria nacional sólo fija la “pauta”: luego, cada provincia  y la Ciudad de Buenos Aires deben tener su propia negociación paritaria. Esto quiere decir que el Ministerio de Educación de la Nación, vacío de escuelas y que no paga los salarios de los docentes, junto una Confederación Nacional que no consulta a nadie, son los que “marcan la cancha”, diciendo cuánto vale nuestro trabajo este año.
          De este modo -aunque el Estado de la Ciudad de Buenos Aires está en condiciones de pagar salarios más altos- Bullrich se atiene a las reglas de juego de la presidenta, que viene “sugieriendo” topes salariales del 18 % al 20%.
Entendemos que no podemos empezar el año con un aumento inferior al 30% ($3500.-), la recomposición equivalente para el resto de la escala y la reapertura de la negociación para junio del presente año y no podemos aceptar aumentos en cuotas. También debemos cuestionar la conformación de nuestro salario, es decir, terminar con trampa de la garantía salarial y con la inclusión del presentimo dentro de la negociación paritaria, entre otros temas. 
El problema salarial no está sólo en relación al costo de vida, sino en la jeraquización de nuestra tarea, en la hipocrecía de asumir un discurso en favor de la calidad educativa pagando los salarios más bajos del país, cuestión que nos obliga a trabajar mas de un turno para poder llegar a fin de mes. Y a esto se le suman las deficiencias estructurales y edilicias, de la falta de vancantes en la zona sur, el cierre de grados y cursos, la falta de equipos interdisciplianrios en cada escuela, etc.                                        
          Toda esta situación está enmarcada en un discurso que degrada a los docentes y a la Escuela Pública, favoreciendo los intereses privados (el aumento de los subsidios a las escuelas privadas es un ejemplo). El sentido de esta política es claro: convertir a la escuela pública en un contenedor social y garantizar la “calidad” educativa sólo para unos pocos.
En el caso de que las conducciones de nuestros gremios acepten la propuesta del ministro, estarían aceptando el tope nacional, ya que la cifra corresponde al 20%, contemplando los $50 en negro que nos están ofreciendo (por material didáctico mensual). La conducción Celeste de la UTE tiene asumido, hace tiempo, que su rol es el de hacer pasar, en la Ciudad, la política salarial del Gobierno Nacional. Por eso, primero negocia y luego “baja” esas propuestas -una vez terminada la negociación, claro está-, tratando de que éstas superen un último “trámite”: el llamado “plenario de delegados”, que se realiza un día antes de que comiencen las clases, impidiendo la posibilidad de que exijamos un paro u otra medida de fuerza.
Es posible convertir ese plenario en algo más que un trámite, que hagamos oír nuestras voces en forma de mandatos y que siga en forma de asambeas de distrito, y de toda forma de coordinación que encontremos, así como también dentro de Ademys, sindicato que abre las puertas a la participación.
En el 2011 mostramos ser una fuerza poderosa, capaz de defender la escuela pública hasta las últimas consecuencias, por eso temen escuchar nuestra opinión sobre todos estos temas.
Llenemos los plenarios de UTE, ADEMYS y todos los sindicatos de mandatos por escuela, exigiendo a las conducciones lo que realmente necesitamos.

Agrupación Docente Enriqueta Lucero